En el mundo existen más de 139 millones de toneladas de plásticos. La gran mayoría, 109 millones, está en los ríos, mientras que 30 millones adicionales llegaron a los océanos. El plástico se conoce por ser un residuo que tarda mucho tiempo en degradarse, acumulándose y contaminando, como hemos visto, en nuestro medioambiente, dando lugar a catástrofes ambientales como son las verdaderas islas de basura.
Asociaciones, ayudas y organizaciones colaboran constantemente para buscar una solución al vertedero que llamamos Tierra. Cada vez son más las ideas y soluciones que se dan para tratar de reducir estos daños lo máximo posible.
El profesor de biología de la Universidad de York, James Clark, desarrolló una nueva técnica para hacer bioplástico con la piel de la naranja deshidratada. Clark y su equipo de investigadores se fijaron en que la piel tenía un ingrediente llamado “d-limoneno”, utilizado en productos de limpieza y cosméticos que se pueden emplear para producir plásticos biodegradables.
Esta nueva tecnología se basa en el uso de microondas de gran potencia que transforman el material vegetal, rompiendo las moléculas de celulosa produciendo gases, que licuados pueden utilizar las propiedades de algunas moléculas vegetales esenciales para fabricar plástico. La efectividad es de un 90%. De esta forma, se consigue sustituir el contaminante plástico tradicional por un plástico biodegradable.
En Vegenat satisfacemos las necesidades de la industria alimentaria produciendo ingredientes deshidratados, cumpliendo con los más estrictos estándares de calidad, seguridad alimentaria y siempre en el desarrollo de políticas de sostenibilidad y respeto por el medio ambiente, contribuyendo al desarrollo de la economía local. Producimos al año más de 25º toneladas de cítricos deshidratados. Quizás sería una buena idea poder utilizar hasta el último trozo de piel de nuestros limones deshidratados y naranjas deshidratadas.